Batman: Año Uno

Batman: Año Uno de Frank Miller, junto con El Regreso del Señor de la Noche (también de Miller) fueron los dos cómics que revolucionaron el concepto de Batman en los años 80. Sin estas dos obras, seguiríamos todavía anclados en la extraña mezcla de colorines del batman de la serie de los 60 de Adam West y los cómics en los que aún se le presentaba como a un superhéroe más, aunque con cierto tono más oscuro en el diseño.
La principal novedad en ambos cómics, la principal aportación de Frank Miller es su visión del personaje como un ser oscuro totalmente: Bruce Wayne murió a los 7 años en aquel callejón cuando observó la muerte de sus padres. Desde


Pero Año Uno no es sólo la historia de Batman, es también la historia de James Gordon, su llegada a Gotham a la vez que Bruce Wayne (por llamarlo de alguna forma, al principio del cómic no es ni Batman ni es Bruce Wayne por supuesto). Su historia y la de Batman están entrelazadas, ambos comienzan una cruzada (la de Gordon es bastante menos pretenciosa, simplemente quiere ser un buen policía y cuidar de su mujer embarazada) y ambos se enfrentan a sendos primeros fracasos, en un mundo hostil donde no sólo los criminales son el peligro, la corrupción en todos los estamentos es el principal enemigo a batir.
Batman Año Uno es, en resumen, la obra que más bien define el nacimiento del (si puede que no el mejor, que eso es cuestión de gustos) personaje más interesante del mundo de los superhéroes, un ser torturado, un sociópata automarginado pero con buenas intenciones. Lo curioso de este personaje es que contrasta con la felicidad y el "buen rollo" que transmiten los demás superhéroes (salvo en la obra cumbre del género, Watchmen, de la cual hablaré otro día de forma más extensa), todos inmersos en el oscuro fenómeno del "vigilantismo", el mismo fenómeno retratado por Scorsese en la genial Taxi Driver.
Etiquetas: Cómics
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