lunes, 27 de noviembre de 2006

Dark City


Dark City es una muy interesante película en la línea de Matrix, aunque no tan espectacular y profunda en referencias e interpretaciones como la cinta de los hermanos Wachowski (Dark City es previa y su influencia se puede apreciar a simple vista, incluso muchos escenarios de Dark City fueron usados en Matrix y la fotografía es muy parecida en ambas películas).

Un hombre se despierta en un cuarto de baño de una habitación de hotel sin recordar nada de su pasado y sin entender su presente. En la habitación el cuerpo de una prostituta asesinada y mutilada yace sobre el suelo. Ahí comenzará su viaje por los escasos recuerdos que conserva y su pasado para descubrir su identidad, mientras que unos misteriosos y poderosos seres llamados los Ocultos (muy parecidos por cierto a los hombres grises de Momo) lo persiguen. Si no has visto la película, deja de leer, voy a hablar de detalles concretos del argumento y no me gusta fastidiar a nadie.

El viaje de este hombre, llamado John Murdock, transcurre atravesando una ciudad en la que nunca sale el Sol y buscando desesperadamente el paraíso infantil dónde se crió, la pequeña ciudad de playa llamada Shell Beach. Durante ese viaje comprenderá que no tiene identidad, ni él ni nadie, sus recuerdos sólo son las máscaras que llevan en un gran teatro organizado por los Ocultos en busca del alma humana. Los Ocultos buscan el alma humana en nuestros recuerdos, desean saber si alguien será un asesino tan sólo con tener recuerdos de asesino.

Al final, John Murdock desarrolla por completo el poder que temían los Ocultos y toma las riendas de la gran representación de la que formaba parte junto a toda su ciudad, cambia las reglas y, como Segismundo en La vida es sueño, decide tomar las riendas de su destino y al menos ser feliz con la mujer que ama más allá de sus recuerdos. La escena final es significativa, junto al último Oculto que sigue vivo y en la oscuridad de un pequeño pasillo decide abrir la puerta hacia el mar y la claridad, hacia el pequeño muelle en el que le espera su amor, decide vivir su sueño sin importar cuán real sea. En la oscuridad del pasillo quedaba el personaje que se convertía en la principal prueba de que todo era "irreal", que fueron extirpados de una vida a la que nunca podrían volver, él da la espalda a esa verdad y prefiere vivir el sueño. Pues como decía el propio Segismundo:

¿Qué es la vida? Un frenesí.

¿Qué es la vida? Una ilusión,

una sombra, una ficción,

y el mayor bien es pequeño;

que toda la vida es sueño,

y los sueños, sueños son.

A veces, sólo somos recuerdos. ¿Qué importa al fin y al cabo si lo que recordamos fue real o sólo un sueño?

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